Después de que el huracán María arrasó Puerto Rico el pasado otoño, la economía de la isla se convirtió en una economía a basada en efectivo.
El huracán María azotó el territorio estadounidense el 20 de setiembre, justo dos semanas después de que el huracán Irma había impactado. Durante los meses de setiembre y octubre, la Reserva Federal abasteció a las instituciones financieras de Puerto Rico con más de US$ 1,000 millones, cantidad equivalente a siete veces el valor de de las remesas enviadas por el Fed a los bancos de la isla durante el mismo período en 2016, según lo reportado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
El huracán María, de categoría 5, provocó un apagón en todo Puerto Rico. Por lo tanto, los 3.4 millones de residentes de la isla no podían usar sus tarjetas de débito o crédito, ni podían realizar pagos electrónicos de cualquier tipo.
"Puerto Rico fue un caso típico que demuestra por qué el dinero en efectivo es un componente esencial en nuestro sistema de pagos", declaró Amy Goodman, vicepresidente y Director de la Dirección de la Caja de Efectivo del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Sucursal de Nueva Orleans.
La Sucursal de Miami de la Fed de Atlanta intervino después del paso del huracán María
La Fed de Nueva York es considerada la oficina más solicitada de la Reserva Federal en términos de distribución de dinero en efectivo a nivel internacional, y generalmente abastece de efectivo a las instituciones financieras de Puerto Rico. Sin embargo, en esta ocasión, el huracán María inutilizó los aeropuertos de la isla, y ningún vuelo comercial pudo aterrizar por varios días después de que el huracán azotó la isla. Aun después de que los vuelos se reanudaron, los aviones de Nueva York no podían viajar a Puerto Rico, porque solo se permitían llegadas y partidas con la luz del día debido a los daños en los equipos de vuelo del aeropuerto.
No obstante, los aviones de Florida sí podían cumplir los requerimientos de viaje durante el día, y por eso la Caja de Efectivo de la Sucursal en Miami de la Fed de Atlanta tuvo que intervenir. Comenzaron con un vuelo chárter que salió de Orlando el 26 de setiembre, en el que la Sucursal de Miami de la Fed de Atlanta envió US$ 670 millones en efectivo a Puerto Rico durante las dos semanas siguientes al paso del huracán María. Después de otro vuelo chárter que salió de Fort Lauderdale el 27 de setiembre, los vuelos comerciales reiniciaron su transporte normal de dinero en efectivo.
La Reserva Federal tenía preparada una cuidadosa estrategia. El personal de la Fed de Atlanta, tanto en Miami como en Nueva Orleans, cooperó con funcionarios de la Fed de Nueva York y de la Dirección Nacional de Efectivo en San Francisco para implementar un plan de contingencia pre-programado. El plan incluía no solo la parte logística de la distribución del dinero sino también procedimientos de contabilidad y protocolos de comunicación.
De hecho, la comunicación ayudó al lanzamiento de los envíos urgentes de efectivo. Herb Kelleher, exrepresentante de la Junta Directiva de la Fed de Dallas, cofundador y ex CEO de Southwest Airlines, hizo un llamado a las personas de contacto relacionadas a la industria de la aviación para ayudar a coordinar la salida del vuelo chárter inicial de Orlando.
La logística de distribución de efectivo en Puerto Rico se complicó después del paso del huracán María.
La Fed proporciona efectivo a las instituciones financieras en Puerto Rico así como también a los bancos en los 50 estados. Una vez que el efectivo llega a la isla, carros blindados contratados por los bancos puertorriqueños hacen las entregas a los cientos de sucursales y agencias bancarias de la isla. Inmediatamente después del huracán, algunas áreas enfrentaron escasez de efectivo. Pero eso no fue por falta de efectivo en la isla, explicó Bevery Ferrel, asistente del vicepresidente y gerente de la Sucursal de Miami de la Fed de Atlanta.
Más bien, el problema radicó en la distribución de dinero desde del centro de depósito de efectivo hacia las agencias bancarias a lo largo de toda la isla donde había áreas devastadas sin electricidad. (Aun a mediados de diciembre, 35% de Puerto Rico no tenía electricidad, según lo reportado por el gobierno puertorriqueño). Muchas agencias bancarias permanecieron cerradas y numerosas carreteras bloqueadas debidos a árboles derribados y otro tipo de daños.
Manteniéndose ágil
La intervención en Puerto Rico después del paso del huracán María no fue la primera participación de la Sucursal de Miami donde tuvo que cumplir un rol de emergencia. La oficina de Miami y la Fed de Nueva York se apoyan mutuamente en emergencias. Los dos equipos de caja de efectivo realizan entrenamientos de emergencia anualmente.
"Afortunadamente, los ejercicios mantuvieron nuestros procedimientos frescos en la mente de tal manera que cuando Nueva York nos llamó para apoyar, estábamos listos y dispuestos a trabajar", declaró Linet Blondet, gerente de sección de servicios en efectivos en Miami.
Pero esta situación fue diferente. Las operaciones de contingencia de efectivo generalmente duran solo un par de días, tal como sucedió después de la súper tormenta Sandy en 2012. El huracán María afectó tanto la infraestructura de Puerto Rico que los envíos de efectivo de emergencia desde Miami continuaron durante dos semanas, haciéndose envíos con frecuencia dos veces al día con solo una hora de aviso previo, declaró Ferrell. El personal llegaba a las 4:00 a.m. para preparar y entregar remesas a las 6:00 a.m.
Además, esos pagos inusuales afectaron la disponibilidad de dinero en efectivo de la Sucursal de Miami. Los funcionarios tuvieron que solicitar rápidamente envíos de una nueva remesa de efectivo de la Oficina de Gravado e Impresión de los Estados Unidos, donde se fabrican los billetes.
"Nuestro equipo tenía que ser extremamente ágil", afirmó Ferrell. "Estábamos realizando grandes pagos de manera extraordinaria y muy rápidamente".
Atender la contingencia de efectivo no fue la única responsabilidad que tuvo la Fed de Atlanta después del paso del huracán María. Karen Gilmore, ejecutiva regional de la Sucursal de Miami, también atendió llamadas de empresarios y banqueros con operaciones en Puerto Rico, quienes estaban preocupados por conseguir efectivo para sus empleados en la isla.