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El turismo se está convirtiendo en un aspecto favorable para Cuba a raíz del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, pero todavía existen muchos desafíos económicos por delante, según manifestaron recientemente dos expertos en temas relacionados al país isleño.
Omar Everleny Pérez Villanueva, quien fue profesor de economía de la Universidad de La Habana, y Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de economía y estudios latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh, estuvieron recientemente en el Banco de la Reserva Federal de Atlanta para hablar sobre las promesas y desafíos de Cuba. El resultado: a pesar de que la dirigencia de Cuba ha iniciado algunas reformas que significan un cambio hacia la dirección correcta, el país todavía debe resolver varias barreras.
"Lo único que está creciendo es el turismo", afirmó Pérez Villanueva.
El número de turistas que llegan al país crece, pero también la incertidumbre política
El número de visitantes que llegan a Cuba anualmente ha venido aumentando consistentemente en la última década llegando a alcanzar los cuatro millones en 2016, anotó.
En los primeros seis meses del año pasado, el número de turistas estadounidenses aumentó 80% llegando a cerca de 137,000 personas, según informó el gobierno. Los viajes desde Estados Unidos hacia Cuba han repuntado desde que el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba en 2014, después de haber levantado el bloqueo comercial que Estados Unidos impuso a ese país isleño hace medio siglo. La mayoría de los turistas que llegan a Cuba proceden de Canadá.
Con relación a Estados Unidos, la gran interrogante es si el presidente Donald Trump cambiará la política de restablecimiento de las relaciones. Mesa-Lago dijo que todavía no sabe cómo será la relación de Trump con Cuba.
El año pasado, las aerolíneas estadounidenses lograron la aprobación para iniciar vuelos comerciales a la isla, y ahora están comenzando a ingresar al mercado cubano con intención de quedarse por largo tiempo. A los ciudadanos estadounidenses no se les permite viajar a Cuba por turismo pero pueden obtener visa bajo una de las 12 categorías de viaje, algunas de las cuales son por investigación científica, periodismo, ayuda al pueblo de Cuba, y visita familiar.
Tal vez tome tiempo expandir el mercado turístico cubano para los visitantes estadounidenses. La demanda por nuevos vuelos a Cuba no llega a ser suficiente como para llenar los aviones, es por eso que en las últimas semanas, algunas aerolíneas estadounidenses anunciaron planes de reducir sus servicios a Cuba. JetBlue, que vuela a Cuba desde Fort Lauderdale, Orlando, y New York, declaró en febrero que comenzaría a utilizar aviones más pequeños en varios vuelos. JetBlue afirmó, en una declaración, que es una práctica común cambiar horarios de vuelos y tipos de aeronaves, especialmente si se trata de nuevas rutas. American Airlines también recortó el número de vuelos diarios de ida y vuelta a Cuba, de 13 a 10.
Sin embargo, Estados Unidos ve a Cuba como un mercado viable. Delta Air Lines y American Airlines abrieron oficinas de venta de pasajes en La Habana en los últimos meses. Alaska Airlines, que comenzó a realizar viajes diarios sin escalas entre Los ángeles y La Habana en enero de 2017, dijo que mercados recreativos como La Habana tienden a tomar más tiempo para despegar que aquellos con destinos comerciales.
"Hemos estado viajando a La Habana durante casi más de un mes, lo cual no es tiempo suficiente para sacar conclusiones sobre el rendimiento de la nueva ruta," declaró Bobbie Eagan, vocero de Alaska Airlines. Asimismo dijo: "Un nuevo mercado tradicional toma hasta tres años para madurar, y sabemos que La Habana tomará tiempo, pero estamos aquí para quedarnos".
Si el embargo se termina junto con las prohibiciones de viajes turísticos, probablemente se generarían dividendos para las aerolíneas estadounidenses, considerando que las encuestas muestran un gran interés por visitar Cuba.
El PIB disminuye a medida que el turismo aumenta
A pesar de la fuerza del turismo, el producto interno bruto de Cuba disminuyó cerca de 1 por ciento el año pasado, su primera caída desde inicios de la década del noventa, debido a una considerable disminución de la venta de petróleo de Venezuela a Cuba, según reportajes periodísticos. Cuba provee de profesionales del área médica a Venezuela, y los contratos por dichos servicios también se redujeron.
Mesa-Lago acotó que es un problema que Cuba tenga esa relación de dependencia con Venezuela, su principal socio comercial. Él afirmó que entre 10 y 12 por ciento del producto interno bruto de Cuba está amarrado a Venezuela, un país en el que la caída de los precios del petróleo ha llevado a una fuerte depresión económica, resultando en alta inflación y escasez de alimentos. "Cuba tiene que diversificar sus socios comerciales", recomendó Mesa-Lago.
Por otro lado, señaló que las reformas impulsadas por el gobierno de Raúl Castro, que incluyen expandir la actividad comercial privada, permitir que los ciudadanos compren y vendan casas y automóviles, y aprobar una ley que estimule la inversión extranjera, son pasos en la dirección correcta. Aun así, los dos profesores invitados manifestaron que Cuba enfrenta serios desafíos, entre ellos, un déficit fiscal muy grande, dos monedas que deben unificarse en algún momento, y la participación de la fuerza laboral cada vez menor. Además, agregaron: "Cuba está gastando más de lo que está generando en ingresos".
Las empresas extranjeras que operan en Cuba tienen límites en su autonomía y no pueden contratar o decidir sobre el rango de salarios para los trabajadores, expresó Mesa-Lago. "A los productores les falta la flexibilidad necesaria para crecer debido a todas esas restricciones que el gobierno [les] puso", afirmó.
A fin de capitalizar el creciente interés que existe por viajar a Cuba, el país necesita estar más preparado para poder atender a los turistas, modernizando sus aeropuertos y aumentando las opciones de hoteles y de entretenimiento, y así atraer el interés de los viajeros más sofisticados, coincidieron los dos profesores.
"Muchos hoteles necesitan ser renovados", afirmó Mesa-Lago. "Hay más demanda que oferta. Los precios se están yendo hasta el techo".